Marruecos, puente hacia el mundo occidental.
Marruecos y sus gentes llenando las plazas , tertuliando al calor de una taza de té, en el ocaso del día.
LLuvia de sol y color dondequiera que vayas. Las estrellas del desierto que casi las puedes acariciar y que acompañarán en tus sueños.
Unos niños corretean, juegan , gritan, junto a mi, con la mano extendida hacia tí.
Marruecos o el juego de miradas en cada esquina, como si jugaran al escondite contigo.
Marruecos o los paseos por las callejuelas de las medinas impregnándote de sus olores. Intentando descubrir sus secretos celosamente , orgullosamente guardados.
“ Hola amigo “ “ compra, compra “.
Marruecos o ganar el tiempo perdido. Tiempo real, tiempo ilusorio, tiempo sin horas, tiempo que va transcurriendo sin prisas, sin ansiedad.
Marruecos, o el león dormido a punto de rugir.